Archive for diciembre, 2013

Història del Totxo

El totxo va constituir el principal material a la construcció de les antigues Mesopotamia i Palestina, on cuasi no es disposava de fusta i pedres. Els habitants de Jericó a Palestina fabricaven totxos fa uns 9.000 anys.

 Els constructors sumeris i babilonis aixecaven zigurats, palaus i ciutats enmurallades amb totxos assecats al sol, que recobrien amb altres totxos cuits en forns, més resistents i sovint amb esmalts brillants formant fisos decoratius. Als últims anys els perses construien amb totxos al igual que els xinesos, que aixecaren la gran muralla. Els romans construien banys, amfiteatres i aqüeductes amb totxos, sovint recoberts de marbre.

En el transcurs de l’ Edat Mitjana, durant l’imperi bizantí, al nord d’Italia, als Païssos Baixos i Alemanya, així com a qualsevol altre lloc on faltava la pedra, els constructors valoraven el totxo per les qualitats decoratives i funcionals. Relitzaren construccions amb totxos templats, vermells i sense brillantor creant una àmplia varietat de formes, com quadres, figueres de punt d’espina, teixit d’esterilla o llaços flamencs. Aquesta tradició va continuar durant el renaixement i a l’arquitectura georgiana britànica, i va se portada a Amèrica del nord pels colons.

El totxo ja era conegut pels indígenes americans de les civilitzacions prehispàniques. En regions seques construïen cases de totxo d’adob assecat al sol. Les grans piràmides dels olmeques, maies i altres pobles van ser construides amb totxos revestits de pedra. Pero va se a Espanya on, per influència musulmana, l’ús del totxo va agafar més difusió, sobre tot a Castella, Aragó i Andalusia.

L’argila amb què s’elaboraven els totxos és un material sedimentari de partícules molt petites de silicats hidratats de alúmina, a més d’altres minerals com el caolí, la montmorillonita i l’illita. Es considera l’adob com el precursor del totxo, ja que es basa en el concepte d’utilització de fang argilós per l’execusió de murs, tot i que l’adob no experimenta els canvis físico-químics de la cocció. El totxo és la versió irreversible de l’adob, producte de la cocció a altes temperatures.

La seva forma és la d’un prisma rectangular, en què les seves diferents dimensions reben el nom de soga, tissó i gruix, siguent la soga la seva dimensió més gran. Així mateix, les diferents cares del totxo reben els noms de taula, canto i testa (la testa es la més gran). Generalment, la soga és el doble que la longitud que el tissó o, més exactament, dos tissons més una junta, el què permet combinar-los lliurement. El gruix, contràriament, pot no estar modulat.

El jubilado que inventó un ladrillo antisísmico despunta en Colombia

ladrillo antisísmico

Desde que la red conoció la historia de Andrés Villamarín, un jubilado que concibió -mientras observaba una obra- un ladrillo anti terremotos capaz de reducir en un 75% los plazos de construcción, su vida ha cambiado por completo.

Los medios han replicado su inspirador ejemplo, aupando al madrileño a la primera posición en las búsquedas de Google en español en cuestión de ladrillos antisísmicos. Ha salido en los telediarios, y ahora le paran por la calle los vecinos de Aranjuez: «Andrés, le vi ayer en Antena 3»; «Enhorabuena, don Andrés».

Villamarín, de 72 años, se lo ha tomado en serio. «Me paso el día haciendo contestaciones a personas que se interesan por el invento», cuenta aTeknautas.

En estos meses le ha dado tiempo a crear una empresa, de nombre RUSTH Ladrillo Autocentrable SL, con sus dos hijos como socios. Además, su ladrillo ha cruzado el charco: en varios países de Latinoamérica se plantean testar el producto, aunque es en Colombia donde está triunfando.

Su ladrillo ha obtenido en el país caribeño una certificación internacional de sus propiedades antisísmicas, dando luz verde a una serie de tests de fabricación que pueden significar el punto de partida para su producción en serie. En España, no ha habido avances. El desplome del sector todavía escuece demasiado como para innovar.

«No me imaginaba montando una empresa a mi edad, la verdad. Siempre me han dicho que tengo instintos empresariales, pero nunca se me había pasado por la cabeza. Pero ahí estamos.»

«El éxito no me cambia»

En cambio, otras cosas no han cambiado. Su actividad mental sigue siendo frenética; ahora incluso más, espoleada por las ganas de que alguien se decida a fabricar su ladrillo. Y su humildad. «Mi mujer se ríe, está contenta. Me paran por la calle y los familiares me llaman: ‘te he visto en la tele’, me dicen, ‘te estás haciendo famoso’. Eso son cosas, llamémosle, superfluas. Lo importante es que alguien empiece a fabricar el ladrillo».

De momento, en Colombia la Universidad Francisco de Paula Santander (Cucutá) ha aprobado una tesis de investigación con el título Aplicabilidad del Ladrillo Autocentrable en Colombia de acuerdo con el Reglamento Colombiano de Construcción Sismo Resistente NSR-10.

«Esta investigación tratará de someter en un plazo corto nuestro ladrillo a pruebas de fabricación con las ricas arcillas de la zona, pruebas de rapidez en su colocación, pruebas de comprensión-tensión y pruebas sismorsistentes según la norma NSR-10, 2010 de Colombia», explica Elena Villamarín.

http://www.youtube.com/watch?v=boyHf1mw3rs

En el camino se han asociado también con los jóvenes de Kunfud. «Nos están ayudando mucho de manera voluntaria a nivel de gestión, búsqueda de contactos y desarrollo comercial de la patente, todas las nuevas imágenes 3D del ladrillo son suyas», apunta.

En Colombia, han firmado un contrato de confidencialidad, y en España han elaborado un dossier técnico y están empezando a apuntarse a concursos de emprendedores.

«Los días son muy intensos, no te imaginas. Nos llaman aparejadores de muchos países y en los foros de internet se habla del ladrillo, algunas veces bien y otras mal, pero nosotros contestamos a los emails donde hay algún interés. El certificado de Colombia es importante porque lo ha reconocido un equipo de ingenieros, a ver si alguien se decide y lo vendemos», explica el madrileño.

Villamarín acepta con resignación que en España el interés sea menor. «No ha habido nadie que se haya metido en serio, qué vamos a hacerle». Después de haber estado varios años dibujando su invento en un garaje, ahora el lugar donde se inspira ha cambiado, aunque el sistema del madrileño sigue siendo el mismo que cuando paseaba por los edificios en obras haciendo cálculos sobre el tiempo que tardaban en colocar cada pieza.

«Estoy todo el día con esto en la cabeza. Ahora me voy a los jardines de Aranjuez y voy pensando en las cosas, dando vueltas. Siempre estamos avanzando, ésa es nuestra visión».

Fuente: http://www.elconfidencial.com/